El aumento en el intercambio de bienes y servicios que promueve la globalización, trae también consigo una mayor competencia. Los favorecedores de la globalización exponen que este aumento de la competencia resulta beneficioso porque implica que ninguna entidad va a tomar las cosas como concedidas. El aumento en la competencia a nivel global causa que las entidades de negocio domésticas (independientemente del país) se mantengan a la vanguardia.
Cuando las empresas se mantienen a la vanguardia, tratando de crear, mantener y sustentar su ventaja competitiva, existe una alta probabilidad de innovación. Regularmente los países con estándares altos de calidad y eficiencia son los que más innovan. Esta innovación, que en ocasiones va aunada a innovación amigable al ambiente, aumenta las ventajas competitivas y el ingreso de las entidades y a su vez de los habitantes de los respectivos países. La innovación trae a su vez como consecuencia una mejora en la calidad de los productos. Según expuesto por Adam Smith, en su teoría de la mano invisible, si la competencia en el mercado local se puede considerar como buena, entonces si este mercado se expande a ser uno internacional, los resultados deben ser mejores.
La globalización ha aumentado las oportunidades, pero también puede presentar un riesgo de ruina o bancarrota. La globalización ha aumentado la cantidad de suplidores y competidores, esto a su vez ha causado que los márgenes de ganancias en algunos productos disminuyan. Ante esta situación los cambios drásticos en el ambiente de competencia, pueden ocasionar la bancarrota de quienes no conozcan el impacto de la globalización.
Bhagwati (2004) establece que la globalización ha causado un grado de vulnerabilidad e inseguridad financiera. La inseguridad financiera es básicamente ocasionada por la integración de las economías nacionales en economías globales. Esta integración ocasiona que exista mayor competencia entre naciones que antes no se veían como competidoras. Bhagwati (2004) concluye que la competencia internacional es intensa y temida.
Los principales actores de este aumento de intercambio económico globalizado son las multinacionales. Las críticas a las multinacionales surgen en diferentes ángulos. Los críticos de las multinacionales tienen básicamente dos posturas, específicamente respecto al impacto de las multinacionales en los países en desarrollo. Unos establecen que las multinacionales ignoran a los países pobres, por lo que no establecen presencia económica en estos países. Por otro lado, existen críticos que establecen que las multinacionales explotan a los trabajadores y a los países donde tienen presencia física o hacen negocio. Bhagwati (2004) expone que las organizaciones son un negocio, por lo tanto su decisión de dónde hacen negocios se basa en la capacidad para generar ingresos. Inclusive, el autor nos presenta la pregunta, “¿acaso alguna entidad ha hecho el bien manteniendo pérdidas operacionales?”
Las multinacionales no solamente reciben críticas u oposición referente al impacto en los países en desarrollo, la oposición más férrea proviene de aquellos que piensan que tienen un efecto negativo en los países en desarrollo. Naipaul (según citado en Bhagwati, 2004) establece que las multinacionales se aprovechan de los beneficios contributivos, pero no aportan nada al país, y cuando este beneficio contributivo se extingue o ya no es un beneficio cesan sus operaciones en el país. En el caso específico de Puerto Rico, podríamos argumentar que esto fue lo que sucedió cuando se eliminó la provisión de la sección 936 del Código de Rentas Internas Federal.
Los favorecedores de la globalización exponen que el país que recibe la inversión de la multinacional, logra obtener otros beneficios, aun cuando provea beneficios contributivos. Según Bhagwati (2004), los impuestos sobre ingresos no son los únicos impuestos que los países pueden imponer por lo que los países son capaces de recaudar otro tipo de impuestos. Además, las multinacionales traen empleo para los anteriormente desempleados del país. Estas multinacionales también aportan conocimiento tecnológico y los administradores locales pueden aprender las técnicas gerenciales que tienen.
Bhagwati (2004) presenta que inclusive las multinacionales pagan una prima como salario a sus trabajadores. Esto implica que los trabajadores reciban mayor cantidad que lo que recibirían en otro trabajo en el mismo país. Los opositores de las multinacionales en ocasiones reclaman que los derechos laborales de los empleados son violados. Ante esta situación Bhagwati (2004) argumenta que en ocasiones estos países ni siquiera tienen una legislación laboral clara. Inclusive algunos países como India tienen reglas muy estrictas, pero que no las hacen valer por lo costoso que representaría.
Muchos críticos argumentan que la globalización trae consigo las caídas de los mercados. Stiglitz (2002) establece que la globalización no ha sido capaz de mantener una estabilidad económica. Esta inestabilidad se puede observar en las crisis financieras. Inclusive existen temores de que, por la interrelación, la crisis en un país afecte negativamente a otros.
Los favorecedores de la globalización argumentan que las caídas de los mercados no son causadas por la globalización. A principios del siglo 20 surgió una gran caída del mercado, y todavía no hablábamos del término globalización. La globalización ha impactado la rapidez con la que fluye la información y por lo tanto ha impactado la magnitud del impacto de estos fenómenos, pero no necesariamente es el causante. Inclusive acusar a la globalización de ser la causante de estos fenómenos sería inclusive otorgarle mayor poder del que tiene.
Bhagwati (2004) establece que las caídas de los mercados ocurren por la pérdida de la confianza en los mismos. Además, la información provista por el mercado no es perfecta, por lo que los participantes de los mercados pueden comenzar a actuar bajo un efecto de manada. Un efecto de manada implica que lo que se observe en el mercado, otros lo repiten, sin establecer un análisis al respecto, sólo siguiendo la reacción del mercado. Para evitar esta situación es fundamental tener establecido reglamentaciones en el mercado y regulaciones bancarias. Ante esta situación lo más importante como participantes del mercado es ser prudente en las decisiones financieras.
Weidenbaum (2003) establece que el aumento del terrorismo y la respuesta drástica de los países que son víctimas del mismo para combatirlo, se está convirtiendo en una amenaza para el desarrollo económico. El desarrollo económico se sustenta en la facilidad con que se efectúen las transacciones económicas y los intercambios de bienes y servicios. Si se imponen barreras como consecuencia de actividades terroristas que impidan el libre fluir de las transacciones económicas, eliminamos uno de los pilares de la globalización, que es la eliminación de las barreras nacionales.
Stiglitz (2002) argumenta que la globalización no produjo los resultados esperados en países anteriormente comunistas como Rusia. Inclusive establece que la globalización ha tenido un impacto más negativo que el sistema comunista que anteriormente poseían. El capitalismo como sistema económico abre oportunidades económicas, pero muchos de los que se oponen a la globalización verbalizan que prefieren el modelo socialista. Bhagwati (2004) establece que muchos de quienes proponen el modelo socialista, no visualizan que el sistema socialista, procura la racionalización de los bienes y servicios. Este sistema, en aquellos países donde se ha implantado ha agravado la brecha económica entre los habitantes.
Ante este argumento, Bhagwati (2004) establece que acelerar la globalización en los países en desarrollo, sin establecer procesos claros, puede ser desastroso. En su exposición establece que esto fue lo que le sucedió a Rusia, que libero su política económica y las tarifas relacionadas, para eventualmente colapsar y reimponer las tarifas.
Bhagwati (2004) enfatiza en cómo los gobiernos han buscado las formas para reducir los obstáculos que impidan el intercambio de bienes y la inversión a través de todo el mundo. Bhagwati (2004) presenta un aspecto interesante sobre la desigualdad. La desigualdad del capitalista se convierte en tolerable, no porque los ricos se vayan a privar de las cosas que poseen o pueden adquirir sino porque los pobres ven esas cosas como premios que pueden ser accesibles para ellos en algún momento. Según un estudio realizado por Salai-Martin (según citado por Bhagwati 2004), se concluye que la desigualdad no se ha dispersado en las últimas décadas finalizadas en el año 2000, sino todo lo contrario.
Se tienen que reconocer que aún con las leyes vigentes y los castigos estipulados por incumplimiento, existen muchas entidades que violan la ley cuando establecen prácticas de negocio que resulta anti-éticas e ilegales. Esto, no surge con el proceso de globalización, esto depende de la ética y los valores morales de los individuos que administran estas organizaciones. En ocasiones, los opositores tratan de adjudicar este comportamiento a la globalización, ignorando que este comportamiento, aunque incorrecto ha sido utilizado a través del tiempo.
Stiglitz (2002) identifica a las tres instituciones principales que deben regular la globalización como: Fondo Monetario Internacional (IFM), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Intercambio (WTO). Stiglitz (2002) critica al IFM ya que en la mayoría de los casos sólo le provee ayuda aquellos países que solo se enfocan en disminuir déficits, aumentar impuestos y aumentar las tasas de intereses, cuando todas estas medidas contraen la economía.
Respecto a los críticos del IMF, Bhagwati (2004) argumenta que este organismo tiende a proveer préstamos cuando existen crisis. Esto no significa que los préstamos compensan todos los gastos, pero en definitiva la crisis sería mayor si no se otorgan los préstamos. Lo que sí resulta importante es que los opositores entiendan que las políticas internas de los gobiernos en términos del uso apropiado de los fondos, la establecen los gobiernos.
Referencias
Bhagwati, J. (2004). In Defense of Globalization. New York: Oxford University Press, Inc.
Stiglitz, J. E. (2002). Globalization and its discontents. W.W. Norton & C.
Weidenbaum, M. (2003). Weighing the pros and cons of globalization. Project on America and the Global Economy Series on Globalization (pp. 1-11). Washington D.C.: Woodrow Wilson International Center for Scholars.